10.15.2008

¡¡ CUIMHNE !!

Cuimhne está ( por fin, POR FIN!!!) a puntito de ver la luz, hacia finales de este mes de Octubre estará paseando portada brillo y tapas duras por las tiendas de comics más chachi pirulis. No pillo a nadie de nuevas, ya que la semana pasada salió el anuncio en Entrecomics y alguna web más dedicada a los tebeos. Este post es un "más vale tarde que nunca". Un apunte cómico: las imágenes de esta entrada están bajadas del citado post de Entrecomics, sólo por no bucear entre el centenar de versiones de la portada que hice y que almaceno aún en el ordenador y que se merecerían una entrada por si solas.


Y ahora, por aportar algo nuevo, unas muestras de lo que vino a ser el proceso de trabajo en el capítulo 2 de Cuimhne, " La herida que no sangra", más complejo que el del capítulo 1, de un año antes, en el que simplemente cogía un A3 de un montón en blanco y dibujaba encima.

En el primer paso, hacía un esbozo de la narración en un tamaño ínfimo, con multitud de correcciones y anotaciones. En esta fase me peleaba con la narración de cada página, la composición de la misma y la la composición a grandes rasgos de cada viñeta. Es realmente la fase en la que más disfruto pero también en la que más sufro, dándole muchas vueltas a cada escena, partiendo de cero una y otra vez... El motivo de trabajar en un tamaño tan reducido es ver la página en conjunto de un solo vistazo y obligarme a esbozar a grandes rasgos y no perderme en detalles. El resultado final es como si me hubiera peleado con la página de verdad, sobada, sucia y arrugada.

Una vez clara la narración, pasaba a dibujar las páginas en una libreta A5, dos páginas por hoja para ver la correlación de las mismas. Me dejaba los ojos en dibujarlas bastante detalladas para que luego me sirvieran para entintar casi directamente.


Aquí podéis ver las mini-páginas en detalle y jugar a calcular cuántas dioptrías de más me salieron en la última visita a la óptica.


Luego escaneaba, recortaba y ampliaba las páginas y las imprimía en azul para dibujar encima si era necesario, aunque al final me era más cómodo rematar el dibujo en la mesa de luz sobre la lámina definitiva, así que sólo conseguí fundir carísimos cartuchos de color de mi voraz impresora.


Luego venía la otra fase más divertida después de la planificación: entintar. Siempre con pincel, en la mesa de luz redibujaba o completaba lo que fuera necesario y luego entintaba directamente encima. Hacia el final del tebeo, habiendo cogido más mano, dibujaba lo menos posible y entintaba directamente entreviendo el boceto en azul que tenía debajo de la lámina, para conseguir un resultado más suelto. Como un salto sin red, te obliga a ser valiente a la hora de empuñar el pincel y, en consecuencia, el dibujo es más potente.

Voilá! Página terminada a falta de retocar con tippex y montar en el PC alguna viñeta díscola. En concreto esta página que veis aquí es la segunda versión que hice de la misma. De la primera solo salvé la viñeta que falta aqui y que monté después en el compiuter.


Triquiñuelas digitales más tarde, y lista para maquetar.
Y aquí una bonita composición que ilustra el proceso en una sola imagen. El desorden de la mesa es aproximadamente el 1% de cuando estaba currando en el tebeo. He querido ahorraros semejante visión dantesca y, cual Iker Jiménez, he hecho una reconstrucción más light del escenario.

¡ Y ya está! Ahora sólo queda esperar un poquitín e ir planificando unas cuantas presentaciones que Kike y yo haremos a la par de la salida del tebeo, ya iremos informando..

Saludos y recordad, ¡ comed cinco piezas de fruta al día!